El Racing Villalbés se lleva el triunfo bajo la bocina en un partido cerrado y de pocas ocasiones
Habrá que seguir remando. Derrota en el Juan Carlos Higuero de la Arandina ante el Racing Villalbés. Un solitario gol gallego, en el añadido de la segunda mitad, priva a los de Ález Izquierdo de volver a sumar en liga.
Todo, en un duelo que comenzó con los dos contendientes calibrando a su oponente y que pronto daría muestras claras de que no iba a tratarse de una oda al fútbol de ataque. Al menos por parte visitante que, a pesar de estrenar antes que los blanquiazules el tambor de balas ofensivas de su revólver, no hizo sino mandarlas al limbo. Primero, en un disparo alto de Nathaniel a la salida de un córner cuando apenas se llevaban diez minutos de partido; segundo, en un mano a mano que Roberto Jara se encargaba de desbaratar con acierto para la causa de los del Duero.
Tardaría en despertar la Arandina sobre el césped. Lo haría, además, de la peor de las maneras posible: con la lesión del lateral burgalés Dieguito, hombre más en forma en este inicio liguero de la escuadra ribereña. Ahí, el equipo daría un paso adelante hacia área villalbesa y Gonzalo Serrano, de cabeza, sería el primero en intentar desequilibrar la balanza en favor arandino. Atraparía Arturo.
No habría más oportunidades de fuego real hasta el descanso. Un tiempo de partido al que se llegaría con 0-0, y que obligaría a la Arandina a cambiar de aires en la segunda mitad.
Y lo haría. Saliendo más enchufada que su oponente en los segundos cuarenta y cinco, y con una buena ocasión tras cabalgada de Kevin Manzano que Santa estrellaría en manos del arquero visitante. También del propio Gonzalo, rozando la hora de juego, que volvería a tenerla de cabeza para desequilibrar la balanza.
Con el partido ya en última media hora, llegarían los cambios técnicos sobre el césped. Un movimiento del que sin duda saldrían beneficiados los jugadores gallegos, pero que antes de ello habría dejado a Ayoub como último gran artífice del poderío ofensivo local al marrar un disparo habilitado a la perfección por el, omnipresente ayer, extremo madrileño Kevin Manzano.
Ya en la recta final, y con la grada esperando el pitido definitivo del encuentro, llegaría la sorpresa. Pérdida en saque de banda ribereña dentro de los seis minutos de añadido que el colegiado navarro Iker Urra decretaba, cabalgada del recién ingresado en filas villalbesas Isaac González, y asistencia milimetrada a Javi Rey para que éste martilleara a placer a Roberto Jara.
No habría tiempo para más. Al final, derrota cruel, fin a una racha increíble de dos años como invictos en El Montecillo/Juan Carlos Higuero, y punto de inflexión para reflexionar de cuán dura va a ser la categoría antes de volver a coger confianza y crecer en la propuesta blanquiazul de juego. Próxima semana, Torrelavega.
Sala de prensa
Estas fueron las declaraciones de Álex Izquierdo a la conclusión del choque.
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