Otra piedra en el camino. Derrota de la Arandina frente al Coruxo en un duelo nuevamente de más a menos del conjunto ribereño y que acabó definiéndose, para desgracia blanquiazul, en la primera mitad del partido desde el punto de penalti.
Suma y sigue la racha de desventuras del cuadro de Álex Izquierdo. En la tarde de este sábado, nuevo capítulo de un destino cruel con la Arandina que volvió a empezar de manera ilusionante, pero que fue apagándose poco a poco con el paso de los minutos gracias al tanto cosechado por la entidad pontevedresa desde la marca de máximo castigo.
Y eso que salió en tromba el club del Juan Carlos Higuero en pos de la victoria. Una triunfo que podría haberse puesto de cara si Gonzalo hubiera acertado a materializar la ocasión más clara del partido a los ocho minutos de juego tras ganar a su par y deshacerse del portero Alberto, pero que no conseguiría subir al marcador con portería vacía para intereses locales.
Sería el principio del fin y, con nervios crecientes que fueron apoderándose poco a poco de la plantilla arandina porque la película que se venía desarrollando sobre el césped ya se había vivido en otras ocasiones, llegaría la puntilla a la necesidad. En este caso, fruto de una falta peligrosa en la frontal ribereña que tendría continuidad posteriormente en el área de Jara y que el colegiado de la contienda decretaría como penalti.
No fallaría García desde los once metros para poner en franquicia al cuadro gallego. Un equipo éste que sabría a partir de ahí guardar la ropa demostrando galones en la categoría y que, fruto de ello, conseguiría ganar costas del descanso con 0-1 en el marcador.
Tras la reanudación, cambio en la relación de fuerzas sobre el césped. También relevos tácticos desde el banquillo y obligados por lesión. Y es que, al cambio de Jorge en el primer tiempo (el centrocampista berciano regresaba al verde tras varias semanas fuera por molestias), se uniría, superado el asueto, el de García en filas visitantes. Un movimiento que haría ganar más presencia ofensiva a la entidad gallega en área rival paradójicamente y que propiciaría que Jara, hasta en dos ocasiones, tuviese que emplearse a fondo para repeler el peligro vigués.
Ya en los últimos instantes de partido la Arandina quemaría todas sus naves. De nuevo con defensa de tres y acumulación de atacantes arriba, pero sin éxito. Y eso que tendría en la cabeza de Ayoub a la salida de un córner, y sobre todo en una asistencia rasa desde la derecha minutos más tarde a la que nadie llegaría en boca de gol, sus mejores opciones de igualar.
Al final derrota por la mínima, sensaciones encontradas en el vestuario y autocrítica del técnico ribereño posteriormente en rueda de prensa. Es lo que toca porque el escenario de la temporads se complica, y se va a necesitar la mejor versión de todos para sacar esto adelante en lo sucesivo. Próxima parada, Pontevedra.
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